Prohibir todo tipo de autos en el centro de su capital para el 2019, dejar de vender autos con gasolina o diesel para el 2025 y convertir en delito la tala de árboles, son las tres principales medidas.
En el marco de un cambio total de su política energética y con el fin de frenar el cambio climático; la semana pasada, los cuatro partidos políticos principales de Noruega acordaron prohibir la venta de vehículos que funcionan a través de combustibles fósiles (gasolina y diesel) a partir del 2025. ¿La intención? Fomentar el uso y venta de autos eléctricos que actualmente equivalen al 17% de los autos que circulan en el país y que se espera que en nueve años este porcentaje sea de 100%.
Parece una locura a simple vista, ya que Noruega se encuentra entre los principales productores de petróleo del mundo y su PIB depende en un 40% de esto; pero a pesar de esto los noruegos son conscientes de que los combustibles fósiles no deben permanecer en el futuro y que deben darle una vuelta a su economía.
El 24% de los autos nuevos vendidos en ese país funcionan con electricidad, siendo el porcentaje más alto del mundo. Y si bien hay otros países que buscan la misma medida, como India u Holanda, Noruega tiene mayores posibilidades de lograr su cometido, ya que con esta nueva legislación se convierte en la nación más avanzada en el tema.
De lograrlo, Noruega sería el primer país en introducir políticas tan drásticas al respecto y el primero en alcanzar la mayor cercanía a las cero emisiones en transporte. Y esto no es todo, aquí les contamos dos iniciativas más que está tomando el vanguardista país nórdico.
Prohibir todos los autos en el centro de su capital
La intención de reducir al mínimo la contaminación emitida por los combustibles fósiles no es nueva. A fines del año pasado el gobierno de Noruega anunció que se prohibirá la circulación de autos en el centro de Oslo, su capital, para el 2019.
Con esta medida se busca reducir drásticamente la polución y lograr un transporte mucho más saludable y seguro en la ciudad, privilegiando a los peatones y ciclistas, porque además se empezaron a construir los 56 kilómetros de ciclovía en la capital.
Los autobuses y tranvías continuarán funcionando en Oslo y habrá excepciones para vehículos que transporten a personas con discapacidad o mercancías a las tiendas. Pero al menos los 350.000 autos que existen actualmente en la capital, no podrán transitar por el centro, lo que significa un tremendo avance en lo ecológico, también en la calidad de vida y espacio de quienes viven, trabajan o transitan por el centro; y además ayudaría al comercio de la zona, al mejorar los niveles de consumo (ya que los peatones se detienen en las tiendas que observan a su paso, no así los automovilistas).
¡El que corta un árbol comete un delito!
Como si fuera poco, la semana pasada, Noruega se convirtió en el primer país en prohibir la tala de árboles, transformando este acto en delito. ¿Por qué? Porque al paso que vamos, incluso los bosques tropicales del mundo, fundamentales para absorber las emisiones de carbono, podrían desaparecer en 100 años. ¿Qué será de todos los otros pulmones verdes?
Además, el parlamento adoptó medidas para asegurar que las importaciones y compras del Estado no contribuyan a la deforestación de árboles. ¿Cuáles son estos productos? El aceite de coco, aceite de palma, el pastoreo, la soya, la carne, la industria de la madera, y cualquier producto de su cadena de suministro que contribuya a la tala de cualquier árbol.
Estos productos actualmente provocan más del 40% de la deforestación en Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay, Indonesia, Malasia y Papúa Nueva Guinea, y más del 44% de las emisiones de carbono emitidas entre el 2000 y el 2011; según un estudio realizado el 2015 por Focalis, la red de universidades e instituciones en Suiza. Por esta razón, Nils Herman Ranum de Rainforest Foundation Norway, asegura:
“Esta es una victoria importante en la lucha para proteger la selva tropical. En los últimos años, un número creciente de compañías se han comprometido a poner fin a la adquisición de bienes que se puedan vincular a la destrucción de la selva, y también se necesitan compromisos similares de parte de los gobiernos”.
Bueno, no por menos Noruega tiene la nota medioambiental de 9,2 (de un máximo de 10) en el índice Better Life de la OCDE, superando en más de 1 punto al promedio del resto de los países.
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